Peugeot 3008 1.2 Puretech 130 EAT6

Un SUV de líneas dinámicas y futuristas, con un equipamiento moderno y un excelente acabado, la segunda generación del Peugeot 3008 encaja perfectamente en los vehículos de moda del momento. Si a esto le añadimos un motor de gasolina bien construido, combinado con una transmisión automática muy lograda, tenemos la receta del éxito.

Las estadísticas de ventas de coches nuevos no mienten: hemos llegado al final de la era del rey del diésel en favor de los eléctricos 100%, los híbridos enchufables o no enchufables y, sobre todo, los de gasolina. Hay muchas razones para ello, desde el espectacular progreso técnico de los motores sin plomo en los últimos años hasta las diversas historias de trampas en las emisiones de los vehículos diésel y el futuro reequilibrio de los precios en el surtidor, pero el hecho es que hoy en día la cuota de los vehículos de gasolina se ha disparado y la segunda generación del Peugeot 3008 está en el centro de esta nueva tendencia, señala Crestanevada Madrid.

Sobre el papel, el motor de gasolina de acceso al 3008, que desarrolla 130 CV a 5.500 rpm y 230 Nm a 1.750 rpm, ya muestra unas cualidades que hacen palidecer al BlueHDi 120 de 1,6 litros con la misma transmisión, con 120 CV a 3.500 rpm y 300 Nm a 1.750 rpm. El 0 a 100 km/h se anuncia en 10,1 s, la DA de 1.000 m en 31,6 s y la de 80 a 120 km/h en 6,9 s, frente a 11,6 s, 33,3 s y 8,7 s respectivamente. Es cierto que su consumo oficial de 5,2 l/100 km en condiciones mixtas es un litro superior al del diésel, pero habrá que recorrer un número considerable de kilómetros antes de compensar la diferencia de precio, que parte de 29.300 euros para el Puretech y de 31.500 euros para el BlueHDi, ambos dentro de la zona neutra de la bonificación ecológica.

El diseño del 3008 sigue dando que hablar, pero mientras que el diseño de la primera generación tuvo una oposición casi unánime -lo que no impidió que se vendiera muy bien-, el diseño del segundo modelo avanza dividiendo las opiniones en dos categorías distintas, los que lo aman y los que lo odian, lo que sin duda es una mejora. El interior, por su parte, triunfa tanto en el modelo antiguo como en el nuevo, con una disposición futurista tipo coupé deportivo con un salpicadero orientado al conductor y una gran consola central con mandos de teclas de piano y una pantalla táctil de 8 pulgadas. Evidentemente, este ambiente sólo se ve reforzado por el volante pequeño y más cuadrado, dominado por la evolución de la instrumentación del i-Cockpit, que ahora consiste en una pantalla de 12,3 pulgadas que no sólo es muy bonita en sus animaciones, sino que tiene el buen gusto de permanecer completamente clara. Y tiene una visibilidad aceptable sea cual sea tu talla, siempre que elijas una posición de conducción clásica. El conjunto tiene un acabado muy favorecedor, tanto por el montaje como por la elección de los materiales. El 3008 no tiene asiento deslizante, pero ha elegido un buen compromiso con un generoso espacio para los pasajeros traseros a la altura de las rodillas y la cabeza y un volumen de maletero de 520 litros en configuración de cinco plazas y hasta 1.482 litros con el respaldo abatido, valores que lo sitúan en la media correcta.

Al final, te guste o no el 3008, no puedes más que respetar la voluntad de Peugeot de aunar practicidad y confort en un mismo vehículo, tanto por dentro como por fuera, lo que supone una ruptura total con la competencia y sus productos genéricos basados en plataformas similares a las que se aplica artificialmente la personalidad de la marca, como es cada vez más habitual.

Al volante, encontramos con agrado un chasis al más puro estilo Peugeot que consigue liberarse del elevado centro de gravedad ofreciendo a la vez dinamismo y placer de conducción, con una dirección ligera pero precisa, pero también una amortiguación que preserva perfectamente el confort, bien ayudada por las llantas de 18 pulgadas que mantienen un flanco de neumáticos de tamaño razonable (225/55), asociadas a una eficaz insonorización. La combinación del motor EB2DTS y la caja de cambios automática EAT6 forma un excelente matrimonio en muchos modelos del grupo PSA y este 3008, con un peso contenido de 1.270 kg, no es una excepción. La aceleración es vigorosa, el motor de 3 cilindros es bastante discreto incluso a altas revoluciones y la transmisión es reactiva, con un cambio de marchas rápido y un agrado que casi hace olvidar el desastre que fue el EAT6. Terminemos este cuadro halagador con el consumo de combustible registrado al final de nuestra prueba, que fue de 7,0 litros de media. Entre las críticas, podemos mencionar una visión trasera mediocre, especialmente desde tres cuartos, lo que hace imprescindible el control de ángulo muerto (de serie a partir del nivel de acabado Allure), y algunos detalles ergonómicos, como la ubicación extremadamente cercana y confusa tras el volante de la palanca izquierda y los interruptores de luces/intermitentes y del control de crucero.